lunes, 9 de julio de 2007

las cosas que muerden

son cosas inmóviles, el ejemplo de hoy, otras son móviles, la de hace años.
Hace años, viajando por el norte de España, íbamos Diego y yo con nuestro Forfi ( ford fiesta básico de color rojo tres puertas). Nos llegamos a lo alto de un monte con el mar de fondo, en Santander, con aire fuerte y muy molesto. Decidí coger alguna cosa de la parte de atrás del coche, abrí el maletero y el viento hizo el resto, dejó suspendida por unos segundos la puerta de atrás, quedando sujeta por nada, mientras tanto yo me encontraba remirando no sé que cosa del interior, no pude ver como la puerta trasera caía sobre mis lumbares, de golpe, sin compasión.. desde entonces siempre digo que el coche me mordió. Noté como clavó sus dientes en mis carnes ¡¡¡QUÉ DAÑOOO, ÓSTIA!!!

Hoy me ha pasado lo mismo, pero esta vez ha sido un buzón comunitario. En la puerta de entrada, a veces, hay una ranura con tapa, por donde metemos el correo, con el consentimiento de los vecinos. Pero mis dedos han sido menos ágiles que la boca del buzón. Con la tapa muy dura y con algún tipo de resorte la tapa de la mierda me ha pillado el dedo antes de poder retirarlo a tiempo. Me ha hecho una herida y sangraba como una cerda, lo mejor de todo es que no me ha hecho daño, pero me "ha entrao una mala óstia del copón" y justo en ese instante entraban dos vecinos del inmueble y han visto la "dantesca" escena del dedo espachurrado, es más, les he dejado el vidrio de la puerta de entrada con una mancha de sangre, uno de los señores ha recogido todas las cartas del suelo y se ha hecho cargo de ellas, me han mirado con compasión y yo mostrando mi dedo sangrante...ji,ji,ji.

No hay comentarios: