jueves, 19 de noviembre de 2009

la serenidad

¿Capacidad?
¿Habilidad?
¿Actitud?
¿Aptitud?
¿la pongo en algún sitio a la serenidad? no tengo respuesta.

Cuando miro a mi alrededor, comtemplo, veo, me dejo llevar por mis sensaciones o por lo que creo saber. Recorro las calles, con mi carrito lleno de cosas escritas, las hago llegar al destinatario final ¡¡¡soy la mensajera del canal comunicación!!! y me fascina, siento cada momento en mi cuerpo, tanto el cansancio como la energía, noto todo pálpito hasta el dolor en los pies, en especial cuando la uña del dedo gordo no está bien cortada y se mete y clava en la carne...patético pero cierto. Desde luego no es esto lo que me llevo por delante, sino las emociones de la gente, sí, hay momentos en que las personas que me encuentro cada día tienen respuestas NO CORRECTAS, hago como si nada, sigo avanzando para encontrarme con otra persona para ver su emoción.

A veces se dejan decir cosotas, otras cositas la mayoría de veces se conforman con creer que hoy es un día más. Salgo de casa a las 6:15 de la mañana, me meto en el coche, me acerco a la parada de metro más cercana para llegar hasta el trabajo. Todas las mañanas hago lo mismo, pero no es cierto, cada día me despierto con una nueva emoción hasta cuando meo es un nuevo pipi, nada es lo mismo.

En la cartería realizas las mismas tareas, pero tampoco es cierto que siempre sea lo mismo, no es lo mismo. Cada día es diferente, mi trato es diferente, mi calor es diferente. TODO.

En pocos días termino en este distrito, empiezan a llamar para los nuevos contratos de navidad, pero primero a los fijos discontinuos. Tengo la sensación que no volveré a trabajar hasta después de reyes. Mi mano necesita reposo.

LALOLADixit

domingo, 1 de noviembre de 2009

el oso de piedra

Cada portería tiene su historia, hasta las que son como la película REC, menos mal que no la he visto, aunque sí algunas imágenes. Pero tengo la suerte de entrar en otras que son auténticas joyas modernistas, actualmente están deslucidas, pero guardan todo su esplendor.

Una de ellas tiene en cada rellano un oso de piedra que aguanta un farolillo de luz, en medio de la baranda que da lugar al hueco del vestíbulo. Esgrafiados por todas las plantas en las paredes que bajan hasta la calle, y una entrada impresionante, con mármol a modo de zócalo y con una cenefa en bajorrelieve, en todo lo largo, hasta la portería y cuando llegas a los buzones...entonces te quedas con los ojos como platos. Delante de mis narices unos buzones estropeados y feos, muy feos, que nada tienen que ver con el esplendor que hubo en ese edificio, aún y así es maravillosa.

Un día que tuve que entregar un certificado, cuando me abrieron la puerta y realicé el trámite, le dije a la mujer que me atendió, que me gustaba la escalera y todos los detalles del edificio, que estaba disfrutando del placer al contemplar algo hermoso cómo eran todos aquellos elementos, pero lo de los buzones no podía entender porqué eran tan atrotinados y vulgares.

La mujer agradeció lo que acababa de decirle y me explicó que, poco a poco, iban arreglando toda la escalera de arriba a abajo, pero que era mucho dinero y lo tenían que hacer por necesidades.

Sigo sin entender, los buzones que tienen no pertenecen a ningún periodo, más bien denotan una falta de ganas, bueno todo a su debido tiempo. Por ahora, hasta el día 30 de noviembre, podré respirar arte modernista a precio asequible.


LALOLADixit