lunes, 16 de julio de 2007

"lo supiste siempre"

Qué extraño,
caminar, caminar y sudar,
caminar, caminar y beber,
mirar los números,
entrever los sueños,
suponer los sonidos.
Y de vuelta, alcanzar
las letras de todos
aquellos sueños
enganchados a las ruedas
de mi carrito.

Hoy los buzones me parecían igual de lejanos,
no tengo ninguna opinión.
No me ha pasado nada de particular, más bien no he
querido ver nada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Siempre lo supiste"


[...] entrever los sueños,
suponer los sonidos.
Y de vuelta, alcanzar
las letras de todos
aquellos sueños
enganchados a las ruedas
de mi carrito. [...]

No te olvides de tus sueños ni de los que te queremos,
esos no están enganchados en ningún carrito
que al final se queda en un rincón de cualquier cartería.

Nuestros sueños pasan,
atravesándonos de parte a parte,
como los días, unos mejores, otros rutinarios,
alguno para olvidar y otros, pocos,
nunca suficientes, para recordar toda la vida.

Recordar que algunos sueños
están hechos de una tejido especial
que a veces es sutil y transparente,
luminoso como la luz del mar
y a veces tan denso y espeso que no dejan ver,
como la niebla del invierno más frío.

Sueños y tejidos, nunca iguales, siempre los mismos.

Tus sueños van de buzón en buzón y en ninguno se quedan,
pero a todos se quieren asomar.
Sólo que una vez un buzón malvado,
apretó los dientes de su oxídada boca
y te arrancó un jirón de sueño.

Tendrás que ir con cuidado,
por que si te quedas sin sueños,
jirón a jirón,
al final las siestas serán viajes
al vacio del vacio y mis sueños,
que sueñan con soñar que les sue´ñas,
se perderán en ensoñaciones
vacias y tristes, se irán
y eso lo supimos siempre.

Tu conoces mis sueños, los ves reflejados
en un espejo hecho de una sal especial,
extraida de las lágrimas que vertimos
y de las que nos quedan por verter,
del sudor sufrido, del disfrutado,
y sobre todo, del vivido a tu lado,
un espejo pulido con arte secreto y mágico,
en el que a veces
ves lo que soñé y a veces
lo que soñaré.

Cuando sueño
mis sueños viajan y buscan a los tuyos,
los visitan, los molestan, los halagan, los desean.
Cuando sueño
te sueño y cuando despierto te busco,
pero tranquila, voy a tu encuentro.

Besos de sal... como finas agujas.

Zoref,

Ana Hernández Guimerá dijo...

Lola, mi niña, me encanta tu blog. Es ameno, divertido, curioso y además me hace ver un punto de vista que desconocía y que resulta muy interesante: el de las carteras-os.
El poema es precioso y el de Zoref tampoco se queda atrás.
Besos sin calor
Anaís