miércoles, 26 de agosto de 2009

¡¡¡óstias, cómo te quiero!!!

Ella estaba preparándose para bajar a la calle, había guardado los biberones y el agua en una bolsa de plástico blanca. Él ya estaba en la calle. Empujaba el carrito doble de los niños, a uno de los niños, lo llevaba en brazos, le musitaba alguna cosa, tipo: "mira los güagüas, o bien, mira un titi (pajarito en idioma niño/bebé imbécil)"

Con la otra mano llevaba el carrito, con el otro hermanito adentro, sentadito delante. Se paran en la puerta del garaje de la finca dónde viven, y sin pensarlo, pone el carrito, con el niño adentro, delante de la puerta del garaje sin más, y marcha al otro lado de la calle. Ve a una vecina que también está con un niño pequeño, charlan, va de un lado a otro de la plazoleta, pero sin interesarse por el carrito con el niño adentro. Él sigue hablando, como si nada, no recuerda al otro niño del carrito que va adentro, es su hijo también, aunque parece haberlo olvidado.

Baja ella, con su bolsa de plástico, ve al marido en la plazoleta y cruza para llegar hasta él. No pregunta ni por el niño, ni por el carrito. Se demoran unos minutos más alrededor de la plazoleta con la vecina. Charlan, es de muy buena educación saludarse, y sobre todo ellos, los de esa finca, todo parejas recién casadas, hipotecadas hasta el tuétano, de televisores de 42 pulgadas y con niños, más o menos del mismo tiempo.

Asombroso, el niño del carrito aparcado delante de la puerta del garaje no llora, una vecina, otra de la misma escalera que ellos, y con otro carrito de niño pequeño, pero vacío, porque lo tiene su papá , que está metiendo al niño de esa otra vecina, dentro del coche, sentadito en una supersilla, de mucho dinero, con unas aplicaciones tremendas de superseguridad. Pues esa otra vecina ha visto al niño del carrito aparcado delante de la puerta del garaje, se le ha acercado y le ha dado la manita y han empezado a tratarse.

Unos minutos después, la pareja del niño que estaba delante de la puerta del garaje, solo, dentro de su carrito último modelo y uno de los más caros de la gama de cochecito de paseo para bebés, lo han empujado hasta dentro del garaje y se han marchado a otro sitio, a un centro comercial de la óstia, con un montón de coches en los diferentes niveles de aparcamiento, con un mogollón de peña por todas partes.

Ella le comenta a él: "sabes, cari, he visto por la tele un caso horroroso: una mujer había dejado a su niño pequeño dentro del coche cuando más calor hacía, el niño se ha muerto...pues es para matar a esa mujer, mira que dejar al niño solo".

Esto es un caso cierto, lo del papá que deja a un niño dentro del cochecito delante de la puerta del garaje de la finca donde viven desde hace poco.

LALOLADixit.HASTAluegg.

martes, 25 de agosto de 2009

el detalle

Estoy colocando las cartas en su sitio, cada una de ellas a su destino final. Muchas de ellas pertenecen a otras secciones. Después las llevaré a general y la depositaré en su barrio. Tengo una de estas entre mis manos, no pertenece a mi sección pero sí a mi pasado.

Hablo con mi compañero de barrio sobre la publicación que tengo, es una revista especializada en Neurología. Va dirigida al doctor Xavier Montalbán, que curioso, hace muchos años yo estuve bajo su diagnóstico y mi total recuperación. Fue quien me ayudó a superar mi enfermedad, no sólo me dió los medicamentos necesarios, sino que me ofreció su humanidad, el cariño sutil sin pedir nada a cambio, sólo que me pusiera la bata bien colocada.

Me ayudó a levantarme del sillón, acarició mi cara y mi pelo. Me sujetó para que no me cayera y me pudo poner la bata de forma correcta. Dejó de estar lo de atrás por delante y viceversa. Me animó a sentarme con ganas, me levantó mis sentimientos, que en esos momentos estaban por los suelos.

Han pasado muchos años, yo tenía 26 recién cumplidos, fue una etapa que no olvidaré, tampoco puedo, como recuerdo me quedó una atrofia en una parte del cerebelo y una risa, a veces, un tanto acusada, pero nada más. Lo más importante: hoy lo he recordado con mucho cariño al doctor Xavier Montalbán. Hoy su recuerdo ha estado presente en mi mente.

Mi compañero ha sabido escucharme y me ha ofrecido una sonrisa.

LALOLADixit.HastaLUEGG.

sábado, 15 de agosto de 2009

el prejuicio

"Tiene la boca desdentada, es un saco de huesos, los nervios se le apelotonan en su minúsculo cerebro. Para mí que tuvo líos con las drogas."

No me gusta nada. Hace comentarios groseros y bastante deplorables sobre las mujeres. En especial de las que somos gordas. Tío, que mejor te calles, que poco puedes hablar, eres cartero como yo cartera, si me tienen que dar un certificado, y ese alguien eres tú, llamo a Correos para hacer saber que la pinta que gastas es cuestionable.

Seguro que eres un hacha del embuzonamiento, ¿?, siempre llegas de los primeros, o el primero, a la cartería. A mí plim, y a los veteran@s del lugar se la repampimflan, porque para mi forma de ser, lo que me importa es el contacto humano. Una cierta complicidad, una sonrisa siempre a punto: pero alguien completamente desdentado, no puede sonreir cuando por su boca salen sandeces y estupideces. Cuando no ilumina ni con sus ojos: son de un bonito color azul pero estan apagados como su triste cerebro.

El prejuicio me hace escribir de esta manera, sobre aquel que hace burla dañina sobre mi cuerpo, sobre las mujeres sobradas en carne pero no por ello menos persona. El prejuicio sobre el que hace comentarios soeces de cualquier tipo y los secuaces de su alrededor que tanto ríen sus ocurrencias. La mayoría hombres, la mayoría de ellos con mujeres sobradas, GORDAS, que eran delgadas, con lunarcitos en el cuello.

El viernes se marchó a otro distrito, era cedido. Vaya con la cesión.

LALOLADixit