jueves, 28 de junio de 2007

¡¡¡esos lindos buzones!!!

Hoy he aprendido a poner las cartas dentro de buzones con tapa: mis dedos quedan metidos por la mitad de la carta, a modo de guante, y ¡tachán! carta adentro, antes, no hace muchas horas atrás, me hacía polvo las pieles, en alguna ocasión se me habían quedado atrapados los dedos.

La mayoría de gente se queja si hemos metido una carta demás, una que no les corresponde, ya sea por despiste, error o motivo x, la cuestión es decir lo poco eficientes que somos, que no hacemos bien el trabajo. Nadie de los que reciben el correo dice: es una tortura mi desastroso buzón. Lo miras y no tiene nombre ni señal de existencia, medio roto y ¡mi correo llega!
( flipo).


Ahora trabajo en el distrito 30, está en Sant Andreu del Palomar, es un barrio muy agradable, lleno de vida. Pero la mayoría los buzones son una calamidad. La gente tiene mucho miedo, inseguridad, por lo que resulta bastante dificultoso entrar en las porterías, hasta ahí vale, pero luego nos esperan unos terribles rectángulos de sonrisa inmóvil, los sin nadie, los desamparados.
Hay que investigar, averigüar dónde colocar la carta. El colmo llega cuando te enfrentas a 80 buzones de una dificultad pasmosa para llegar hasta el destinatario. Izquierda, derecha, A, B, C,
( sirve de gran ejemplo la casa Bloc, paseo Torres i Bages. Dixit)

Las personas que no trabajan en este oficio, incluyo a los emisores de noticias junto a los propios receptores, les importa un comino su representante en el vestíbulo. Recuerdo un buzón en el Paralelo, c/Salvá o c/Roser, que la etiqueta donde estaba escrito el nombre se sujetaba por una tirita...cómo mola.

A favor: NOMBRE COMPLETO /APELLIDOS
PISO NÚMERO/LETRAS. TAMAÑO VISIBLE

No hace falta ser retorcido, también me sirve los nombres característicos, es decir, algo que no ofrezca duda de a quién nos dirijimos: Família Cosme y Arjona; Larador; Rita...a veces acompañado por un bonito dibujo amodo de icono.

Los que peor se comportan son los que teniendo negocio ni tienen buzón o se limitan a poner una etiqueta tristona (local1, por ejemplo), con el pasar de los días averigüas muchos datos de la entrega al destinatario, pero ello no les exime de poner una etiqueta ,en condiciones, del destinatario.

He de decirlo: soy la terror de los buzones, a veces, me dedico, con mi rotulador indeleble, a escribir datos que son imprescindibles para la recepción de las misivas, no he atentado nunca con malas artes, no pintorrajeo ni ensucio o escribo chulerías.
( Aunque a veces me han dado ganas de escribir algún deseo u opinión, pero me abstengo, lo juro).

GRACIAS.

No hay comentarios: