martes, 28 de abril de 2009

... domingo

Durante tres días antes del examen, tomé jarabe de pasiflora. La enfermera del CAP, donde me visito, me comentó que me iría bien para relajarme.

La suerte está echada y los resultados elegidos. El examen no era nada difícil, tipo test con sus cuatro respuestas. Estuve estudiando unas semanas antes, y aunque no se puede decir que lo tenía preparadísimo, la elección a las preguntas las decidí esa mañana, teniendo en cuenta, que tenía confianza en mí.

No olvidaré, de por vida, la teoría de la Relatividad ni a Einstein, ni tampoco al río más largo de España: el Tajo. Aunque en esos momentos tenía claro que la teoría de la Gravedad era Newton y que el Gualdaquivir me pareció que era más largo, sólo por tener tantas letras (es cierto, no tengo ni idea de geografía).

LLeida i Barcelona, dos comunidades reunidas en la facultad de física y química un domingo por la mañana. Tardamos en comenzar el examen, no nos dieron ningún tipo de explicación, sólo que en cada aula el calor humano hizo presencia temprano. Sí, un olorcillo a gente reunida de más de 18 años. Eso se nota en cuestión de minutos, aunque estés "duchao, lavao y repeinao".

El examen duró 90 minutos. Estuve tranquila, respiraba con sosiego. A un lado estaba sentada Sonia, la conocí en el distrito 3. Pudimos estar un rato hablando y riendo, me explicó que tenía nuevo compañero de barrio: ¡¡¡EL APAÑERO!!!, ella estaba encantada, sí tal vez era un poco raro, pero una máquina a la hora de repartir, y el barrio irreconocible, ni una sóla caja con correo por tirar. Bueeeno, le comenté mi opinión sobre dicho personaje, y la mantengo, pero es cierto que es una MÁQUINA. Y al otro lado, había un chico que no mediamos palabra en todo el rato, y eso que estuvimos minutos esperando el examen, lo único que pude saber, es que se llamaba Samuel. Lo leí en su DNI.

Cuando terminé, dudé durante un rato cómo diablos salir del lugar en el que me encontraba sentada, al final salté por detrás del asiento, sin molestar a nadie. No hubiese podido estar mucho más allí. Siempre he salido de las primeras. Dí vueltas sobre qué manera hacerlo sin sentirme ridícula. La única que se me ocurrió fue lo de saltar por detrás, resultó fácil buscar una ALTERNATIVA.

La plantilla que corrige no tendrá en cuenta mi empatía, ni tampoco el ser resolutiva ante un dilema. Me vale con poder expresar mis pensamientos virtualmente.

LALOLADixit.

jueves, 23 de abril de 2009

mirada al frente

Conduzco por las empinadas calles de LLefiá. He ido a casa de mis padres, un rato antes. Cuando me encontraba dentro del coche, de manera automática, como siempre, empecé el ritual de espejos, cinturón de seguridad. Procedimientos aprendidos en la autoescuela hace muchos años. Pero no olvidados.

Aún y así, aprobé el examen de práctica, a la segunda. Según los examinadores no miré "adecuadamente a los espejos retrovisores", es decir, que no moví la cabeza lo suficiente para que se viera cómo miraba los espejos retrovisores.

Desde entonces, mi ritual es minucioso, procedo a la aplicación de las normas. Se han instalado en mi forma de hacer.

La llave en el contacto, el motor da un primer respingo, meto la primera, empieza a moverse, la segunda llega de forma instantánea, sigo circulando. Las calles son estrechas, con subidas y bajadas muy pronunciadas. Los coches de autoescuela circulan por este entorno, aquí empiezas a controlar embrague, a mirar a tu alrededor, a respetar el paso de peatón y a saber entrar en las glorietas...y entonces me fijé en un coche de autoescuela.

Lo conducía una muchacha, no sé que edad podía tener, ni si era rubia o morena, no sé cómo era. Iba ataviada con un "chador" con franja a la altura de los ojos. Me llamó la atención. Sí, por su indumentaria, me sorprendió mucho. Supuse que la chica, culturalmente lejana a mí, en esos momentos también era lejana a todos los protocolos, normas y demás procesos de la conducción.

La cabeza tapada, los oídos tapados, los ojos que sólo pueden mirar al frente y no tienen visión lateral. Cuando llegue el día del examen, la muchacha del "chador", mostrará todo lo que ha aprendido. Iniciará la marcha vial. Sólo cuando esté preparada: espejos retrovisores, cinturón de seguridad, que no esté la primera marcha puesta...dará al contacto, quitará el freno de mano y "empiece a circular, señorita". Desde atrás le irán diciendo que gire a la derecha o a la izquierda, deténgase aquí o allá, aparque aquí o cuando usted pueda.

Cómo podrán estar seguros de que mira correctamente a los espejos retrovisores, cómo podrán estar seguros de que puede oir perfectamente, con claredad, con su hermosa cabeza tapada...me lo pregunto una y otra vez.

Sigo circulando, voy hacia mi casa. Espero no haber hecho muchas infracciones. Si tuviese que examinarme de coche de nuevo, seguro que no aprobaría. El "bluetooth" del coche es de serie.