miércoles, 27 de junio de 2007

¡¡¡vaya buzones!!!

estoy alucinada, Barcelona tiene unas porterías de todo tipo, unas son bonitas, otras dejan mucho que desear y muy pocas, poquísimas, tienen unos buzones que ¡¡¡dan asco!!!

No les damos un poco de confianza y cariño a las cajas metálicas, que a veces nos guardan secretos, emociones, facturas de luz, agua teléfono, hipoteca y un montón de cosas más...a lo mejor lo que hacemos es terapia de choque y yo no lo he entendido. A veces las dejamos sin nombre, por miedo a que sean muy personales y puedan tomar decisiones, otras veces las podemos castigar con dejarlas hasta sin número de piso, la mayoría de veces están rotas con las entrañas a la vista de los curiosos. Puedo decir que la inmensa mayoría son horrorrosas ni tienen diseño ni están pensadas para facilitarnos su contacto.

Los que nos dedicamos al arte del manejo carteril, disponemos de un catálogo de especificaciones que a un diseñador o diseñadora industrial le seríamos de gran utilidad, pero no hace falta un estudio sesudo sobre los buzones: cuesta muy poco poner nombre, piso o datos que nos ayuden de una manera más agradable a meter en su interior papeles franqueados, avisos de llegada o paquetes enviados por correo ordinario.

Pero todo lo dicho es una gilipollez, sobre todo para los que nos ponen pegas por querer hacerles llegar sus cartas.


Tristes con sonrisa estática,
desvencijados y viejos,
os coméis nuestros dedos
sin arrepentimiento,
golosopaupérrimos.

Faltos de apego,
guardáis un silencio frío,
vosotros que sólo estáis
para ser tachados y
burlados por vecinos crueles,
os quitan-despojan sin piedad.

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