domingo, 1 de noviembre de 2009

el oso de piedra

Cada portería tiene su historia, hasta las que son como la película REC, menos mal que no la he visto, aunque sí algunas imágenes. Pero tengo la suerte de entrar en otras que son auténticas joyas modernistas, actualmente están deslucidas, pero guardan todo su esplendor.

Una de ellas tiene en cada rellano un oso de piedra que aguanta un farolillo de luz, en medio de la baranda que da lugar al hueco del vestíbulo. Esgrafiados por todas las plantas en las paredes que bajan hasta la calle, y una entrada impresionante, con mármol a modo de zócalo y con una cenefa en bajorrelieve, en todo lo largo, hasta la portería y cuando llegas a los buzones...entonces te quedas con los ojos como platos. Delante de mis narices unos buzones estropeados y feos, muy feos, que nada tienen que ver con el esplendor que hubo en ese edificio, aún y así es maravillosa.

Un día que tuve que entregar un certificado, cuando me abrieron la puerta y realicé el trámite, le dije a la mujer que me atendió, que me gustaba la escalera y todos los detalles del edificio, que estaba disfrutando del placer al contemplar algo hermoso cómo eran todos aquellos elementos, pero lo de los buzones no podía entender porqué eran tan atrotinados y vulgares.

La mujer agradeció lo que acababa de decirle y me explicó que, poco a poco, iban arreglando toda la escalera de arriba a abajo, pero que era mucho dinero y lo tenían que hacer por necesidades.

Sigo sin entender, los buzones que tienen no pertenecen a ningún periodo, más bien denotan una falta de ganas, bueno todo a su debido tiempo. Por ahora, hasta el día 30 de noviembre, podré respirar arte modernista a precio asequible.


LALOLADixit

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