martes, 11 de septiembre de 2007

tremendo...pero tan especial


Hace muchos días que
no sabía nada de ti
,

depués de tanto tiempo, en quietud mental, aquí me entrego de nuevo. Es un día muy concreto en mi vida, pues no tan sólo es una conmemoración política, sino que me concierne de una manera muy íntima, hace unos quince años, mi vida desapareció a lo largo de un mes en la habitación del hospital, a pesar de todo y junto a los que me rodeaban, la cosa salió bien, sin ningún disgusto, con unas ganas tremendas de incorporarme al mundo para seguir viendo, escuchando y hasta engordando sin parar. Ha pasado todo este tiempo, y mi vida se ha ido llenando de muchas experiencias y las ganas de conocer, de entender, de saber, de desconocer y hasta de saborear me hacen estar alerta. Por este motivo, me cuesta entender el por qué a veces la gente se disgusta al haber encontrado una carta equivocada en su buzón, ¡¡¡su intimidad ha sido invadida por otra carta!!!, ¡¡¡durante unas horas ha usurpado esa otra carta un espacio reducido!!!, es horrible, somos unos ineptos (con un soniquete satírico les digo: no, no...tener paciencia, dadnos cariño nosotros
trataremos de ofreceros lo mejor
).


HAstaLUEGG
, LALOLAmadeinCorreos.

3 comentarios:

Diego dijo...

Hola Lola. Recuerdo aquel día, lo viví como lo que eramos, una pareja joven e inexperta, con ganas de comernos el mundo y sin entender muy bien por que de repente ocurrió lo que ocurrió.

Han ocurrido muchas cosas desde entonces, algunas maravillosas, otras no tanto, pero hay cosas que no cambian. ¿Te he dicho ya que te quiero?
Pues eso,
Besos.

Diego.

Ana Hernández Guimerá dijo...

Te sigo Lolilla, me encanta todo y el cómo lo cuentas.
¡Qué bueno que volviste!
Hay personas muy susceptibles, pero en general, por lo que leo, observo que te quieren y quieres ¡genial!
Deduzco, por lo que dices de Noemí, que los dibus son tuyos. Enhorabuena, me gustan muchísimo y siempre me los guardo para alguna vez utilizarlos en mi blog con tu permiso.
Estaré por ahí la última semana de Octubre. Los llamaré para quedar que me hace ilu.
Besos de miel

jordi dijo...

Había un hombre que trabajaba en la oficina de correos, cuyo trabajo era procesar las cartas que traían la dirección ilegible.

Un
día llegó a sus manos una carta que traía escritura temblorosa y que
iba dirigida a Dios, pero no tenia dirección alguna. Como esa carta no
iba a ir a ningún lado, decidió abrirla para ver de qué se trataba.

"Querido
Dios: Soy una viuda de 84 años que vive de una pequeña pensión. Ayer
alguien me robó el monedero, que tenía 600 euros. Era lo que me quedaba
para el mes, y ahora voy a tener que esperar hasta el mes que viene. No
sé que hacer.

El próximo domingo es Navidad y había invitado a
dos amigas mías a cenar, pero sin dinero, no tendré qué ofrecerles. No
tengo ni comida para mí. No tengo familia y eres todo lo que tengo, mi
única esperanza. ¿Me podrías ayudar?

¡Por Favor!

Sinceramente, María."

Fue
tal el impacto que la carta causó al empleado postal, que este decidió
mostrarla a sus compañeros de trabajo. Todos quedaron sorprendidos, y
comenzaron a buscar en sus bolsos y carteras. Al final de la tarde
habían hecho una colecta de 520 euros. Los guardaron en un sobre y lo
mandaron a la dirección de María.

Esa
tarde, todos los empleados que cooperaron sintieron un rico calorcito
en el ambiente y una sensación de satisfacción que tal vez no
experimentaban hace mucho tiempo, al saber lo que habían hecho por
María y sus amigas.

Llegó la Navidad y se fue.

Algunos
días después de la Navidad, llegó a la oficina de correos otra carta de
María. La reconocieron inmediatamente por la escritura y porque iba
dirigida a Dios. La abrieron y todos con curiosidad leyeron lo que
decía:

"Querido Dios: Con lágrimas en mis ojos y con todo el
agradecimiento de mi corazón te escribo estas líneas para decirte que
hemos pasado, mis amigas y yo, una de las mejores navidades de la vida.
Y todo por tu maravilloso regalo. Debes saber que siempre hemos sido
fieles a tu mandato y hemos guardado todos tus mandamientos, tal vez
esa sea la razón de tu benevolencia con nosotras. ¡Gracias Dios!. Por
cierto, faltaban 80 euros. Seguramente se los quedaron esos hijos de la
gran puta de Correos..."

De la web de Oloman.